Es fácil pensarte, imaginar el mundo con tu mirada. Cuando las aves nos envidien sin percatarse del engaño que algunas sufren. Llegaste a mi vida, sin darte cuenta, tan frágil, tan silencioso me cautivaste. Y como el tacto de una nube me enamoraste, me enamorabas con tu voz, me hacías sentir que estabas ahí. Cerca, simplemente era feliz. Querido amor, te recuerdo, te extraño tanto. Querido cielo, antes tan azul y tan bello. Y ahora te miro, te escucho. Los colores se vuelven grises y las voces melancólicas. Por favor amor, no me hagas daño, soy feliz contigo. Solo tú y yo. Yo y tú. Y apretaste mi alma contra el filo de tu espada, derramaba cada gota de mi pobre encrucijada. Y ya se, que esto tenía que acabar, salimos doloridos de la dura batalla. De la dura misión de vencer al amor.