23 octubre, 2013

Catastrophic

Hemos llegado al punto óptimo para provocar la catástrofe. Se difieren magnitudes demasiado obvias, de las que no dispongo ningún control. Ni siquiera sé cómo explicar la reacción que provoca nuestro estado. Siempre y cuando empecemos con un simple atisbo de interés mutuo, entonces nos eclosionamos y sin ningún tope a nuestra disposición comenzamos ver más allá del uno, mucho más de lo que las demás personas de nuestra vida puedan ver. Nos sentimos incomprendidos, confusos e inexorables. Sin embargo, confiamos tanto el uno por el otro que no hay necesidad de decir nada más, con las palabras justas y adecuadas. Dos almas se conectan como los polos distintos de dos imanes se atraen y chocan. Convertimos este mundo hipócrita en algo mucho mejor. Nos damos vida donde ya no quedaba esperanza. Se siente tan cómodo cuando todo parece igual, como si nada hubiera cambiado y fuese una copia de lo anterior. Pero lo que un día se albergó tan profundamente, es difícil de olvidar, es sumamente un reto del que aún no estoy preparada para enfrentar. Nuestra catástrofe se reúne hasta provocar un cosmos del que somos y seremos eternos. Siempre y cuando seamos eternamente juntos.