Y qué puedo hacer si todo a mi alrededor se vuelve efímero y melancólico por el simple hecho de que te echo de menos. Pero sh, no hables. Déjalo así. Mi cuerpo no sufre en su decadencia. Mi alma no se funde con la tristeza. Ahora el sol no se apaga a cada pérdida. El aire que respiro es puro y quiero que lo siga siendo. Es comprensible, o al menos para mí. Quiero auto-convencerme de que puedo vivir sin él. De que mi vida tiene mucho más sentido de lo que creo poder saber.
Debería poder alejarme de las mentiras. Y no sé. Aún confío. Confío en la posibilidad de seguir sonriendo de la mejor forma que sé. Alegrando a los demás con mi alegría. Porque eso es lo que me llena, el contenido de mi felicidad es mismamente la felicidad de la gente querida. Es lo que me mueve, en lo que me despierto.
Llegará un día, en el que los días se hagan mucho más cortos. En que pueda apreciar esos momentos únicos. Esas miradas que me recuerdan al sabor del cielo. Esos días perfectamente imperfectos. Acariciar la piel, poner los cinco sentidos a la inmensidad de las pupilas de la persona que llegará. Pero, no tengo prisa. Para nada. Espero a lo mejor, y cuando llegue sabré que la espera habrá merecido la pena, porque sabré entonces, que tú no eras la persona indicada, que mi corazón aún no estaba en lo cierto.
A veces, amas sin ni siquiera saber cómo realmente es amar.
Pero, escucha. No te preocupes. Sonríe, ya te encontrará.
Debería poder alejarme de las mentiras. Y no sé. Aún confío. Confío en la posibilidad de seguir sonriendo de la mejor forma que sé. Alegrando a los demás con mi alegría. Porque eso es lo que me llena, el contenido de mi felicidad es mismamente la felicidad de la gente querida. Es lo que me mueve, en lo que me despierto.
Llegará un día, en el que los días se hagan mucho más cortos. En que pueda apreciar esos momentos únicos. Esas miradas que me recuerdan al sabor del cielo. Esos días perfectamente imperfectos. Acariciar la piel, poner los cinco sentidos a la inmensidad de las pupilas de la persona que llegará. Pero, no tengo prisa. Para nada. Espero a lo mejor, y cuando llegue sabré que la espera habrá merecido la pena, porque sabré entonces, que tú no eras la persona indicada, que mi corazón aún no estaba en lo cierto.
A veces, amas sin ni siquiera saber cómo realmente es amar.
Pero, escucha. No te preocupes. Sonríe, ya te encontrará.
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