11 diciembre, 2013

Apenas segundos después de ese mismo hallazgo, exactamente el único que pudo desestabilizar por completo al ser que pretendía encontrarse con ella, una última vez en aquel mismo lugar, surcando el aire a bocanadas, sintiendo que no pertenecían a ese mundo. Ellos eran la esperanza que toda persona pierde al mínimo obstáculo que se les cruza. Ahora los ojos de aquel muchacho solo eran órbitas impactadas por ese mismo hallazgo, no podía siquiera parpadear aunque quisiera. Sus constantes vitales no le pertenecían, el subconsciente se había escapado y ocultado en algún otro cuerpo. Dejó caerse y precipitadamente sus rodillas tocaron el suelo cubierto de nieve, acercó sus manos a la zona que se mezclaba con un líquido escarlata de un tono más claro por la nieve y entonces… juntó sus manos con las de ella, estaban frías… eran las manos de un cuerpo sin vida.
El cuerpo inerte de él estaba totalmente fuera de lugar, ahora era dos piezas fácilmente separables, su corazón dejó de palpitar, porque su vida se había ido con la de ella.
Intenta desesperadamente que no surjan los recuerdos al ver su cara, ahora tan sumida en la palidez, en la pausa de sus latidos sin retorno. Pero de a poco que se escabulle de los más míseros recuerdos, tan pronto como deja de pensarlos, vuelven tan frágiles y vivos como aquel entonces, cuando sus manos aún calientes rozaban las suyas. El destello que frecuentaba en su labio inferior cuando abarcaba una sonrisa. Aparta sus manos de su cara, quiere enfrentarse a la verdad, aunque le cueste la vida. Comienza a respirar tan rápido que incluso podría llegar a traspasarle el pulso a ella, mientras él muere, pero sabe que eso es remotamente imposible. Acaricia su cabello, tan suave como ayer, recorre una de sus mejillas y una lágrima se mezcla con la tez pálida y fría de ella, y ahora comprende que cuán trágico es el final inesperado, ahora sabe cómo es morir sin ser asesinado.

Buscó rápidamente la forma de intentar calmar la agonía que llevaba arraigándole desde el primer momento que pudo captar el hallazgo que estaba a punto de acabar con su vida, como terminó la de ella. Seguidamente, sin apenas levantar cabeza, buscó el tacto frío del arma de fuego que llevaba consigo, era la misma arma que podría haberla salvado y acabó siendo lo que terminó con la vida de un amor perdido. Se llevó la pistola a la frente sin dejar de mirarla, su subconsciente había expirado, ahora solo podía pensar en tener el mismo trágico final que ella. Sintiendo cómo tocaba fríamente su piel, acarició la empuñadura de la pistola apretando con fuerza, la única que le quedaba. Introdujo el dedo en el disparador y apretó el gatillo envolviéndolo en una eterna oscuridad.

13 noviembre, 2013

The other side

Miro detenidamente la foto que sostengo entre mis manos, pero no consigo reconocer nada. ¿Qué me ha pasado? ¿Amnesia? Guardo de nuevo la foto en mi pantalón, debe ser importante, así que no puedo deshacerme de ella. Respiro de nuevo para llenar mis pulmones de un oxígeno tan contaminado que comienzo a toser un buen rato hasta que me recompongo.
De a poco mis dedos del pie se van transformando en plomo, intento estirar las piernas y consigo hacerlo satisfactoriamente. Miro de nuevo a ambos lados de la minúscula habitación en la que me encuentro, intentando hallar algo que me diera una solución a mi huida. Vuelvo a mirar al frente e inconscientemente coloco una mano en mi pecho, escucho el propio sonido de mi corazón bombeando más sangre de la habitual, haciendo que retumben mis oídos con su alterado sonido. Comienzo a respirar más fuerte y entrecortadamente. No solía tener claustrofobia, pero aquel lugar era tan sumamente pequeño que intentaba retener todo el aire que podía aspirar, haciendo que se consumiera poco a poco. Me estaba quedando sin oxígeno, en cualquier momento podría perder el conocimiento y entonces todo acabaría, para siempre.
Me pongo de nuevo de pie, debo pensar rápido y salir de este lugar lo antes posible. Nunca  había pensado que moriría así, de forma tan lenta y viendo cómo mi cuerpo se queda sin lo único que me mantiene con vida. Busco y sin pensar con solo actos, rastreo hasta el mínimo detalle de éste cuchitril inmundo. Alguien habrá tenido que llevarme hasta aquí, yo no recuerdo nada y la impotencia me está cegando. No dejo de buscar con mis manos en las paredes, hasta que noto en el tacto que una zona de la pared es diferente a las demás, hay un ligero ladrillo salido de su lugar. Veo un atisbo de esperanza e intento empujar el ladrillo hasta romperlo. Una pequeña cavidad de no más de cinco centímetros se ha abierto paso hacia el exterior. Me pregunto de nuevo dónde estoy…


23 octubre, 2013

Catastrophic

Hemos llegado al punto óptimo para provocar la catástrofe. Se difieren magnitudes demasiado obvias, de las que no dispongo ningún control. Ni siquiera sé cómo explicar la reacción que provoca nuestro estado. Siempre y cuando empecemos con un simple atisbo de interés mutuo, entonces nos eclosionamos y sin ningún tope a nuestra disposición comenzamos ver más allá del uno, mucho más de lo que las demás personas de nuestra vida puedan ver. Nos sentimos incomprendidos, confusos e inexorables. Sin embargo, confiamos tanto el uno por el otro que no hay necesidad de decir nada más, con las palabras justas y adecuadas. Dos almas se conectan como los polos distintos de dos imanes se atraen y chocan. Convertimos este mundo hipócrita en algo mucho mejor. Nos damos vida donde ya no quedaba esperanza. Se siente tan cómodo cuando todo parece igual, como si nada hubiera cambiado y fuese una copia de lo anterior. Pero lo que un día se albergó tan profundamente, es difícil de olvidar, es sumamente un reto del que aún no estoy preparada para enfrentar. Nuestra catástrofe se reúne hasta provocar un cosmos del que somos y seremos eternos. Siempre y cuando seamos eternamente juntos.

30 agosto, 2013

Who I am

Cuando estás fuera del mundo en el que vives, cuando no sabes cómo encontrarte ni qué camino debes elegir. Ahí es cuando puede aparecer alguien, que te lo da todo, y por menos que haga es más que suficiente para ti. Ves que puede terminarse, por distintas circunstancias, a veces estúpidas, es el trato de dos personas, dos corazones, sentimientos y dos mentes con un yo interior propio. Pero algo te impide dejarlo ir, y tienes que luchar como nunca lo has hecho, porque algo te dice que es por eso por lo que tienes que luchar, que es por ello por lo que surgen las complicaciones, para poder derrotarlas y poder esperar algo a cambio de esa lucha, para conseguir lo que más quieres. Para al fin, ser quien eres, con él.

18 junio, 2013

Breathe into me

Asumo las constantes idas y venidas a ninguna parte, cuando el sol amanece demasiado temprano y no sabes qué hacer ni cómo aprovechar tu tiempo. Te arrebata el aliento, cuando al despertar y acariciar las sábanas, no encuentras nada más que eso, un vacío espeso y frío. Donde nada queda absuelto, y nada queda aún por añorar. Porque te has despertado tantas veces solo, que te acostumbras a esa inquieta soledad. Pero aún así, respiras, cierras los ojos y comienzas a soñar. Comienzas a recordar lo que verdaderamente quieres. Abres los ojos y sonríes, porque lo has recordado, has recordado lo que quieres. Lo que realmente te puede estabilizar, puede ser tu principio y también tu final.

"Quiero poder tenerte y, nunca poder perderte. Quiero que me protejas en los momentos más indecisos y que me calmes cuando no pueda sonreír. Quiero que estés ahí para que permanezca estable. Quiero ver cómo pasa mi vida junto a ti, y no arrepentirme de las cosas que hagamos. Quiero poder sentirme viva, sentirme feliz y poder recordar cada momento feliz que pasé contigo cuando tú me sostenías".

19 abril, 2013

Here Without You

Se podría decir que en nuestra vida, o gran parte de ella, vamos a estar dependiendo y pendidos de un hilo, porque somos humanos, somos personas, que nacemos con la gran capacidad de amar. Es un gran elogio que tengamos ese don, pero un gran poder conlleva una gran responsabilidad, ¿verdad? Este don, el don de amar, nos hace tanto daño a los que no lo sabemos controlar, como a los que adquieren una pequeña capacidad de control, pero que nunca es del todo controlado. Se desliza de la línea de nuestro auto control, nos vuelve vulnerables y más irracionales. Porque alguna vez, algún día, en este recorrido vital vamos a estar tan sumidos en la tristeza, la agonía, la impotencia, que nos hace mártires atados al don de amar. Muchos incluso harían lo imposible, nos ciega y nos incita a la desesperación. Pero también nos hace ser quien somos. La manera de amar, de saber sentir, dice tanto de una persona, como toda la lista de información de su vida. Podríamos adivinar sus circunstancias o incluso acercarnos a su destino final. También nos hace mejores, nos hace predicar con nuestros errores. Hace que seamos más humanos. Nos libera. Nos relaja. Nos traslada a soñar. Un simple gesto de la persona a quién amamos  nos haría enloquecer. Nos hace libres de la despiadada rutina. Y en esa amarga, pero a la vez dulce desdicha. A veces perdemos el control, discutimos y decimos que es imposible, pero aún así seguimos, queriendo hacer lo imposible. Aunque digamos que no podemos estar juntos. Nos queremos. Nos necesitamos y eso es así. Es más el puro deseo de la droga. ¿Y no es verdad que el amor es la mayor droga que existe? Nos controla extraordinariamente. Pero ese es el mayor valor que obtenemos, y es por ello, que el simple hecho de amar, ya nos hace una especie extraordinaria.


I'm here without you, but you're still on my lonely mind
I think about you and I dream about you all the time
I'm here without you, but you're still with me in my dreams
And tonight it's only you and me.

23 febrero, 2013

«We can try».






La última noche que rompimos los acuerdos para crear otros nuevos.


Me sentí aturdida durante un instante, justo el tiempo en el que él había colocado uno de mis mechones sueltos detrás de mi oreja. Hacía unos segundos supe la perfecta temperatura que emanaban sus labios, su peculiar forma de sonreír en cada pausa del intenso, pero delicado beso. «No podría ser cierto» me dije, intentando no pensar demasiado en aquel momento, no intentado pensar en las palabras recientes que escuché, pero él seguía observando mi reacción, me dediqué por un segundo a contemplar sus ojos, la pupila ligeramente dilatada por la falta de luz y el iris de un tono escarlata con matices azules. Entonces, mi mano se adelantó a la suya y cuando mis movimientos eran completamente involuntarios, le acaricié la mejilla recorriendo torpemente la línea de su mandíbula. Le atraje hacia mí y, esta vez, fui yo la que comenzó una nueva conexión. 

Al separarnos un coro de satisfechos suspiros ahondó en la habitación.

— Te quiero —dijo intentando parecer lo menos alterado posible—, pero creo que debemos de parar todo esto, y no dejar que avance más. Nos hará daño.

Mi aturdimiento se amplificaba. Bajé mi mano de su mejilla y rechiné mis dientes, ignorando su comentario me senté en la esquina que quedaba sin ropa amontonada. Pronunció mi nombre como una súplica para que le mirase, en verdad no quería nada de él. No sabía lo que sentía, o lo peor de todo, no supe encontrar las palabras para decirle que no quería que esto nunca acabase. Que daba por hecho que esto debía continuar, porque de alguna forma me hacía sentir liberada, le quería. Y ahora se encontraba en frente de mí, intentaba destruir todo esto, ahora lo comprendí. Ese había sido el último beso.

— ¿De verdad? ¿Puedes decirme que me quieres? Estás intentando destruir esto, porque yo...—aclaré mi garganta, ya que un nudo se empezaba a formar en ella—...yo no quiero que esto suceda así. Da igual las proezas que combatamos, no importa si no podemos vernos más a menudo. Porque estoy segura, de que encontraremos la forma, encontraremos la manera de juntarnos. Cada día, nos esforzaremos para que esto siga vivo, y correré millas si hace falta, porque te quiero y nunca he querido a nadie de la misma forma que yo te quiero. —Levanté mi mentón y le miré como a quien mira un ángel lleno de belleza, le miré hundiéndome en sus ojos— Podemos intentarlo...

Se acercó a mí con la gracia del movimiento de un felino. Me ofreció su mano y la tomé, haciendo levantar mi cuerpo y permanecer de pie apoyada en su pecho, de este modo posó su mano en mi cabeza y me apretó a él, no queriendo dejarme escapar, tampoco pretendía hacerlo, me sentía más segura de esa forma. Hundió su mano en mi pelo y me besó en él.

— Claro que lo intentaremos, lo siento...—Agarró mi barbilla para ponerla a la altura de la suya—Te amo y si hay una vida después de esta, te amaré también entonces.

Finalmente me besó, recordando las últimas palabras, las saboree acariciando sus labios y sintiendo la necesidad de repetir ese momento una y otra vez.


 ***

14 enero, 2013

"Hay cosas que prefiero no saber, por miedo a lo que me hagan sentir".