Hope.

Mi vida comenzó en un soleado día de verano, ni más que recuerdo, un domingo de aquel año. Era de noche, no, eran horas de madrugada. Al fin llegué, vi el mundo, al que día a día me tendría que enfrentar. Descubrir aquello para lo que has nacido.

   Vivir nuevas experiencias, los amigos, la familia, una risa, una sonrisa, una lágrima, una herida física o psicológica. 
Un corazón, el cual. Soportará miles de críticas, se humillará, se esconderá y se levantará para que lo vuelvan a pisotear. Pero entonces, llega. Creces, te das cuenta de cuantas maneras puedes perdelo todo o conseguir algo con mucho. Llega la persona, por la que has luchado por conseguir que te crea. Que crea que has nacido para él, días llenos de ilusiones nos colmuninan, emociones demasiado extensas, y a veces demasiado dolorosas. Finalmente al que creías que pudiera ser la razón de tu existencia se va, tan pronto como vino. Te volverás a enamorar, volverás a sentir algo incluso mejor. O quizás te devuelva el dolor, a arrancar todo aquello por lo que has soñado, pero de igual manera no te rindes. Pides a algo inesistente sobre el que no puedes creer, que te ayude. Con tu vida.
Pero, algún día, en algún lugar, en algún momento de tu vida, serás feliz. Podemos cumplir nuestros sueños.

   La esperanza es lo último que se pierde...