29 noviembre, 2011

Quedarse sin aire.

Déjame probar un poco de tu alegre corazón porque el mío está triste, de tanta traición.
Todo es cuestión de costumbre. Nos acostumbramos incluso a lo que nos hace mal. Mejor malo conocido que bueno por conocer, ¿no? Pero luego, a lo que no estamos acostumbrados, nos desconcierta, nos inquieta. Para que vamos a cambiar si así estamos bien.
Nos da pánico la idea de despertar y sentir que todo cambió, que nada es como era.
Cuando te acostumbras a un amor, a una piel, a un olorcito, a una sonrisa. Perder todo eso es como quedarte sin aire.

No hay comentarios:

Publicar un comentario