En frente de la parada de autobuses se divisa el horizonte del mar. Es una playa preciosa, sus olas rompen el viento y hacen bramar a las gaviotas.
Un humo blanco, casi gris, sale de un cigarrillo apunto de acabarse, el joven que lo fuma tiene aires de duro, aunque no lo quiera aparentar, delante de él tiene aparcada su moto, especialmente una memorable Honda de un rojo pasión, ha querido por su color que tomara el apodo de Fast, al igual que su dueño allí ha pocos metros de su vehículo mientras disfruta de la mañana.
La música de la cafetería es lenta, una sinfonía bastante especial, “Las cuatro estaciones”. Poco después el aire ha consumido el cigarrillo, él lo tira al suelo y entra en la cafetería, no le gusta lo que escucha, piensa en cambiar de sintonía.
Una chica llega a la parada, espera al autobús, es el primer día de instituto después de las vacaciones de invierno, ella no olvida los buenos momentos con su familia y amigos, con las personas que más quiere. Se sienta en el asiento de la parada recientemente intercambiado, menos mal, piensa ella, hacía mucho tiempo que esperaba que lo hicieran. Le gusta el paisaje, es bonito, aunque empieza a sentir frío en su parte trasera, se da cuenta de que el asiento estaba mojado, suspira, no tiene ya nada que hacer, lo único esperar a que se pueda secar.
Desesperada se pone los cascos y elige entre su repertorio del Ipod su canción favorita del momento, “Can't handle me“, un tema del DJ David Guetta.
Fast, el joven que antes fumaba su primer cigarrillo del día, sale de la cafetería triunfante por haber podido cambiar de sintonía, allí en el establecimiento ahora se escucha casualmente la misma canción que escucha la chica que ahora él contempla, es guapa piensa, no, es muy guapa.
Se sienta a su lado y sigue mirándola, ella no se inmuta está concentrada en su música. El pelo rubio de la chica se mece en el viento y sus ojos antes cerrados y ahora abiertos dejan resaltar un verde pasional.
El autobús número dos llega, ella se pone de pie, es el que esperaba, hoy ha llegado pronto , piensa, o ella tarde.
Se quita los cascos y los guarda en su mochila azul de Quiksilver, se la compró hace poco, espera poder no estropearla tanto como la anterior que le duró apenas unos meses.
- ¡Ey!
Fast ha decidido hablar y ahora la contempla, se ha impresionado. Ella se extraña, decide contestar, aunque no debería.
- ¿Qué?
- Creo que andas un poco mojada …
Se ríe, suave.
- Imbécil.
- Te has equivocado, me llamo Alex, Fast para los amigos o chicas guapas con el trasero mojado.
Sonríe, ella no.
- ¿Quién te crees que eres?
- Uno que intenta ayudarte, ¿adónde vas pequeña?
- No te importa.
Le mira frenética, con rabia, piensa en su ahora horrible descuido.
La chica rápidamente le hace un chequeo visual. Es un chico atractivo, tiene una sonrisa preciosa, está formado, se nota que ha ido varios días al gimnasio, que digo días, meses, años, quien sabe. Tiene el pelo castaño claro, corto, pero no demasiado, sus ojos, no los puede distinguir muy bien, pero sí , son azules.
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